HUELVA
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Tejada la Vieja (Huelva) Necrópolis romanas de Riotinto

Tejada la Vieja es un yacimiento arqueológico ubicado sobre un cerro amesetado en el término municipal de Escacena del Campo, en la provincia de Huelva. Se accede a él por la Cañada Real del Arrebol, camino que cruza la carretera que desde Escacena del Campo se dirige a Aznalcóllar.El asentamiento de Tejada la Vieja surge probablemente en torno al siglo VIII a. C. y su situación estuvo motivada por la cercanía a las explotaciones mineras de las sierras de Tejada y Aznalcóllar, ya que la actividad minero-metalúrgica y el comercio con los productos minerales constituyó la base de su economía. Fue seguramente la decadencia de estas actividades lo que propició su paulatino abandono en torno al siglo IV a. C.
El asentamiento surge desde el principio de su ocupación limitado por una muralla adaptada a la orografía del cerro. En su interior se desarrolla una actividad habitacional, de almacenaje y de primera transformación de productos minerometalúrgicos. A lo largo de sus cuatro siglos de ocupación se suceden distintos modos de habitarla, siendo su último urbanismo, aún hoy visible en la zona excavada, del período de los Turdetanos.
Constituye uno de los principales yacimientos prerromanos de Andalucía, caracterizado por la importancia de su actividad minera durante el primer milenio antes de nuestra era. Es notable la presencia tartésica, fenicia, y posteriormente turdetana.
De entre las dos Tejada onubenses partía el acueducto romano que suministraba agua a Itálica.
La muralla es el elemento más característico datado en el siglo VII a.n.e. Construida con una técnica que tiene claros referentes constructivos en el Meditarráneo oriental y es el elemento más antiguo datado hasta la fecha. En las zonas menos protegidas la muralla se elevaba más de cuatro metros y fue dotada de bastiones y contrafuertes. Por los restos hallados en su base, se cree que estuvo completamente enlucida y probablemente pintada de blanco.
Conocido desde el siglo XVIII, sigue siendo estudiado en la actualidad. Un proyecto de cultural local impulsado por la Asociación Cultural Scatiana, comprometida con la preservación y difusión de Tejada la Vieja, con el apoyo de Ayuntamiento de Escacena del Campo y bajo el modelo de gestión de la Universidad de Huelva.

La necrópolis romana de La Dehesa es un resto perteneciente al poblado de Corta Lago. Los romanos llegaron a la península al mando de Cneo Scipion para interrumpir las líneas de abastecimiento de las tropas de Aníbal. Los romanos dominaron rápidamente los territorios iberos, que se adaptaron rápidamente al proceso de romanización. La aportación principal de los romanos fue la creación de ciudades, que tenían poder económico, social, político y militar.
Hace 1.800 años, entre los siglos I y II y coincidiendo con el gran auge de la minería en el Imperio Romano, los habitantes de la antigua ciudad de Urium enterraron aquí los restos de sus seres queridos. El rito de enterramiento es la incineración, quemándose el cuerpo del difunto en una pira y depositándose sus cenizas en una urna de cerámica, acompañada de un escaso ajuar compuesto por un plato, algún ungüentario o lacrimal de vidrio, una lucerna o lámpara de aceite y alguna moneda con la que pagar los servicios de Caronte, el barquero que pasaba las almas al otro mundo a través de la Laguna Estigia. Las ofrendas de comida: pan, vino, frutas, uva, pasteles, etc. y flores como violetas y rosas eran habituales y se hacían llegar al difunto a través de este conducto u orificio situado en la cubierta de la tumba.
Por desgracia, la necrópolis de La Dehesa ha sufrido un intenso saqueo en busca de "tesoros", por lo que las tumbas aparecen expoliadas, mientras que los elementos de gossan de los grandes mausoleos fueron empleados para otras construcciones, como el monumento a los caídos en la II Guerra Mundial localizado en el barrio inglés de Bellavista. Actualmente la Necrópolis se encuentra rehabilitada y en proceso de reapertura.
Actualmente se encuentra protegido.
